Eduardo Domínguez Yañez, junto con su hermano Filiberto, crearon un corazón de hoja de lata que se convirtió en un emblema de San Miguel de Allende. El oficio de la artesanía lo heredaron de su padre, Don Santiago Domínguez Muños quien, elaborando alhajeros y polveras, se convirtió en uno de los precursores de la metalistería en San Miguel de Allende.

Llévate las alas de San Miguel.

Eduardo se ha dedicado a la producción artesanal desde los 22 años. Desde entonces, él se ha encargado de sus gastos personales y de sus inversiones en educación y capacitación. Si alguien sabe que la creación de artesanías es un buen negocio, es él. El haber construido una familia próspera y unida, es la mejor muestra que se puede vivir muy bien de nuestras nobles tradiciones.

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Las piezas de Eduardo hoy están en diversos países como Estados Unidos, España, Francia e Italia. Sin embargo, su sencillez no lo hace perder el suelo y con toda humildad recorre las diversas tiendas de San Miguel de Allende, para dejar sus creaciones a la espera de clientes locales y extranjeros, que a través de los años lo han apoyado para que siga con su exitosa carrera de artesano.

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La creatividad de Eduardo lo ha llevado a diseñar más de 300 modelos de piezas en hoja de lata. Esta técnica es muy apreciada por los miles de turistas que visitan año con año esta Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Así las creaciones de Eduardo y su hermano Gilberto, representan lo mejor de nuestra tierra, dentro y fuera de México.

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